MIGUEL HERRERA
Nacido en Montevideo el 22 de agosto de 1953, es oportuno subrayar que este artista pertenece a una de las últimas generaciones de la clase media uruguaya que creció al amparo de los típicos barrios capitalinos. Las fachadas de las casas de reminiscencia europea sucediéndose a lo largo de calles arboladas que nacían o morían en una costa de playas, fueron el privilegiado telón de fondo donde transcurrió su infancia y donde además gozó de otros estímulos específicos, como la relación con su abuelo, el escultor José Luis Zorrilla. En el taller de este último ubicado en la lindante y entonces pintoresca zona de bohemios y pescadores que fue Punta Carretas, Herrera encontró un entorno de ricos referentes que lo condujeron a desarrollar con naturalidad su potencial creativo, multiplicándolo indistinta y diariamente en las aventuras de piratas, indios, cowboys y otras figuras mitológicas de la literatura y el cine que inspiraron el juego con hermanos y amigos y que en incesante simbiosis con los dibujos, las pinturas y las tallas de su etapa formativa, ayudaron a forjar su personalidad estética. 
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